Nuestro propósito se basa en la Palabra de Dios y en las enseñanzas de su hijo Jesús.
- Adorar a Dios con una expresión sincera.
Jesús le respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón … alma … y con toda tu mente.» Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. ‘Toda la ley y los profetas dependen de estos dos mandamientos» (Mateo 22:36-40)
- Compartir la Buenas Nuevas de Jesús con los demás.
Él les dijo: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen … «Entonces los discípulos salieron y predicaron por todas partes, ayudándoles el Señor con ellos y confirmando la palabra con las señales que la seguían. (Marcos 16:15-20)
- Preparar discípulos para cumplir con su propósito.
Por lo tanto, hablamos a otros de Cristo, advertimos a todos y enseñamos a todos con toda la sabiduría que Dios nos ha dado. Queremos presentarlos a Dios perfectos en su relación con Cristo. 29 Es por eso que trabajo y lucho con tanto empeño, apoyado en el gran poder de Cristo que actúa dentro de mí. (Colosenses 1:28-29)
Nuestra declaración de fe
La Santa Biblia
Es la Santa Biblia, y sólo la Biblia la Palabra autoritaria de Dios. Sólo ella es la autoridad final para determinar todas las verdades doctrinales. Es en su redacción original, inspirada, infalible y sin error alguno. (II Timoteo 3:16, II Pedro 1:20-21, Proverbios 30:5, Romanos 16:25-26).
Trinidad
Hay un solo Dios, eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estos tres son co-iguales y co-eternos (I Juan 5:7; Génesis 1:26, Mateo 3:16-17, 28:19, Lucas 1:35; Isaías 9:6; Hebreos 3:7-11).
Jesucristo
Jesucristo es el Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad. En la tierra, Jesús fue 100% Dios y 100% hombre. Él es el único hombre que vivió una vida sin pecado. Él nació de una virgen, vivió una vida sin pecado, hizo milagros, murió en la cruz por la humanidad y por lo tanto, expió nuestros pecados a través del derramamiento de su sangre. Él se levantó de entre los muertos al tercer día, según las Escrituras, ascendió a la diestra del Padre, y regresará de nuevo con poder y gloria. (Juan 1:1,14, 20:28, I Timoteo 3:16; Isaías 9:6, Filipenses 2:5-6; I Timoteo 2:5).
Nacimiento de una Virgen
Jesucristo fue concebido por Dios Padre, por medio del Espíritu Santo (la tercera persona de la Trinidad) en el vientre de la Virgen María, por lo que Él es el Hijo de Dios (Mateo 1:18, 25; Lucas 1:35 , Isaías 7:14, Lucas 1:27-35).
Redención
El hombre fue creado bueno y recto, pero por su transgresión voluntaria pecó, y su única esperanza de redención está en Jesucristo, el Hijo de Dios (Génesis 1:26-31, 3:1-7, Romanos 5:12 – 21).
Regeneración
Para todo aquel que busca conocer a Dios, es absolutamente esencial la regeneración por el Espíritu Santo (Juan 6:44, 65; Mateo 19:28; Tito 3:5).
Salvación
Somos salvos por gracia mediante nuestra fe en Jesucristo, por su muerte, su sepultura y resurrección. La salvación es un regalo de Dios para todo ser humano que cree en Él, le recibe y permite que Él transforme su vida. No es el resultado de nuestras buenas obras o de cualquier esfuerzo humano. (Efesios 2:8-9, Gálatas 2:16, 3:8, Tito 3:5, Romanos 10:9-10, Hechos 16 : 31; Hebreos 9:22).
Arrepentimiento
El arrepentimiento es el compromiso de apartarnos del pecado en cada área de nuestras vidas y seguir a Cristo, esto nos permite recibir su redención y ser regenerados por el Espíritu Santo. Así, a través del arrepentimiento recibimos el perdón de nuestros pecados y la adecuada salvación. (Hechos 2:21, 3:19; I Juan 1:9).
Santificación
La santificación es el proceso continuo de ceder a la Palabra de Dios y Su Espíritu para completar el desarrollo del carácter de Cristo en nosotros. Es a través del accionar del Espíritu Santo y la Palabra de Dios que el cristiano puede vivir una vida santa (I Tesalonicenses 4:3, 5:23; II Corintios 3:18, 6:14-18, II Tesalonicenses 2:1-3, Romanos 8:29, 12:1-2, Hebreos 2:11).
La sangre de Jesús
La sangre que Jesucristo derramó en la Cruz del Calvario fue libre de pecado y es 100% suficiente para limpiar a la humanidad de todo pecado. Jesús permitió ser castigado por nuestra naturaleza pecaminosa y nuestros pecados, posibilitando que todos aquellos que creen en Él, ser libres de la pena del pecado, que es la muerte (I Juan 1:7, Apocalipsis 1:5, 5:9, Colosenses 1: 20, Romanos 3:10-12, 23, 5:9, Juan 1:29).
Jesucristo mora en todos los creyentes
Los cristianos son personas que han invitado al Señor Jesucristo a venir y a vivir en su interior por medio su Espíritu Santo. Ellos renuncian a la autoridad de sus vidas y la entregan a Él, lo que hace a Jesús el Señor de sus vidas, así como su Salvador. Ellos ponen su confianza en lo que Jesús logró para ellos cuando murió, fue sepultado y resucitó de entre los muertos (Juan 1:12; Juan 14:17, 23; Juan 15:4, Romanos 8:11; Apocalipsis 3:20 ).
El bautismo en el Espíritu Santo
Este fue dado en el Pentecostés, es la promesa del Padre, enviado por Jesús después de Su Ascensión, para facultar a la Iglesia a predicar el Evangelio por toda la tierra (Joel 2:28-29, Mateo 3:11, Marcos 16:17, Hechos 1:5,2:1-4, 17, 38-39, 8:14-17, 10:38, 44-47, 11:15-17 19:1-6,).
Los dones del Espíritu Santo
El Espíritu Santo se manifiesta a través de una variedad de dones espirituales para construir y santificar la Iglesia, demostrar la validez de la resurrección, y confirmar el poder del Evangelio. A todos los creyentes se les ordena procurar la manifestación de los dones en sus vidas. Estos dones siempre operan en armonía con las Escrituras y nunca deben ser usados en violación de los parámetros bíblicos. (Hebreos 2:4, Romanos 1:11, 12 :4-8; Efesios 4:16; I Timoteo 4:14; II Timoteo 1:6-7, I Corintios 12:1-31, 14:1-40; I Pedro 4:10).
La Iglesia
La iglesia es el Cuerpo de Cristo, en ella habita Dios por medio de su Espíritu Santo, esta tiene el encargo divino de cumplir la Gran Comisión de Jesús. Cada persona que recibe a Jesucristo en su corazón y tiene una relación íntima con Él es una parte integral de la iglesia, es un miembro del cuerpo de creyentes. Hay una unidad espiritual de todos los creyentes en nuestro Señor Jesucristo. (Efesios 1:22, 2:19-22, Hebreos 12:23; Juan 17:11, 20-23).
Dos sacramentos
• Bautismo en Agua: Siguiendo la fe en el Señor Jesucristo, el nuevo convertido es mandado por la Palabra de Dios para ser bautizado en agua en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19, Hechos 2: 38; Marcos 16:16, Hechos 8:12, 36-38; 10:47-48).
• La Cena del Señor: Es un momento único de comunión en la presencia de Dios cuando los elementos del pan y el jugo de uva (el Cuerpo y la Sangre del Señor Jesucristo) se toman en memoria del sacrificio realizado por Jesús en la cruz (Mateo 26:26 – 29, I Corintios 10:16, 11:23-25).
La sanidad de los enfermos
La sanidad de los enfermos se ilustra en la vida y ministerio de Jesús, y se incluyen en la comisión de Jesús a sus discípulos. Se da como una señal que debe acompañar a los creyentes. Es también una parte de la obra de Jesús en la Cruz y uno de los dones del Espíritu. (Salmo 103:2-3, Isaías 53:5, Mateo 8:16-17, Marcos 16:17-18, Hechos 8:6-7, Santiago 5:14-16, I Corintios 12:9, 28; Romanos 11:29).
Voluntad de Dios para Provisión
Es la voluntad del Padre el que todos sus hijos sean provistos de una manera saludable y exitosa en todos los aspectos de su vida. Pero a causa del pecado, muchos no pueden recibir los beneficios de la voluntad de Dios en la tierra. Este hecho, sin embargo, no debería impedir que todos los creyentes busquen de todos los beneficios de la provisión de Cristo con el fin de servir mejor a los demás.
• Espiritual. (Juan 3:3-11; II Corintios 5:17-21, Romanos 10:9-10)
• Mental y Emocional. (II Timoteo 1:7, 2:11; 4:7-8 Filipenses, Romanos 12:2, Isaías 26:3).
• Físico. (Isaías 53:4,5; Mateo 8:17; I Pedro 2:24).
• Financiero. (Josué 1:8; Malaquías 3:10-11, Lucas 6:38; II Corintios 9:6-10; Deuteronomio 28:1-14, Salmo 34:10, 84:11; Filipenses 4:19).
Resurrección
Jesucristo resucitó físicamente de entre los muertos en un cuerpo glorificado tres días después de su muerte en la cruz. Además, los salvos y los perdidos serán resucitados, solo que aquellos que murieron guardando su fe en Jesús resucitaran para vivir eternamente con Dios y los perdidos resucitaran para recibir la condenación eterna (Lucas 24:16, 36, 39, Juan 2:19-21, 20:26-28, 21:4; Hechos 24:15; I Corintios 15:42, 44; Filipenses 1:21-23, 3:21).
El Cielo
El cielo es la morada para todos los creyentes que han recibo a Jesucristo en su corazón y tienen una relación íntima con Él. (Mateo 5:3, 12, 20, 6:20, 19:21, 25:34, Juan 17:24; II Corintios 5:1; Hebreos 11 : 16; I Pedro 1:4).
Infierno
Después de vivir una vida en la tierra, los incrédulos serán juzgados por Dios y enviado al infierno, donde serán atormentados eternamente con el diablo y los ángeles caídos (Mateo 25:41, Marcos 9:43-48, Hebreos 9:27; Apocalipsis 14:9-11, 20:12-15, 21:8).
Segunda Venida
Jesucristo físicamente y visiblemente regresará a la tierra por segunda vez para establecer su reino. Esto ocurrirá en una fecha no revelada por las Escrituras (Mateo 24:30, 26:63-64, Hechos 1:9-11; I Tesalonicenses 4:15-17; II Tesalonicenses 1:7-8, Apocalipsis 1:7)